Otra verdad sobre la ausencia de profesores

Otra verdad sobre la ausencia de profesores

Por af-ATAAM

05/03/20, 14:48h

Son las 9 de la noche de un domingo cualquiera y Jose se empieza a agobiar. No sabe que le pasa, pero tiene una presión enorme en el pecho y unas terribles ganas de llorar. Acaba de recibir un mensaje de un alumno diciéndole que no podrá asistir a la clase de mañana a las 7.30, que se la ponga a otra hora por que el martes tiene examen. Jose tiene el día completo, lleno de clases dobles porque el martes hay examen y, como siempre, todo el mundo ha esperado a última hora para doblar las clases.

No se que me pasa, esta mañana he tenido que parar a medio camino de la autoescuela porque tenía una presión enorme en el pecho y unas terribles ganas de llorar, le cuenta a su médico mientras las lágrimas ruedan por sus mejillas. Me encantaba mi trabajo, pero de un tiempo a esta parte no soy yo. Le hablo mal a mis alumnos sin motivos, discuto con mi mujer en casa por cualquier cosa y no consigo tener la más mínima paciencia con mi hijo. Creo que es el trabajo. ¡NO PUEDO MÁS!

Salgo de casa a las 6.30 de la mañana y vuelvo a casa a las 21.00 horas, todo el día peleando con alumnos que no quieren aprender, el jefe todo el día farfullando y diciendo que nos toca arrimar el hombro, que nos va a tener que volver a bajar el precio de las clases. ¿Más? ¡Pero si ya apenas me alcanza! Discutiendo constantemente con el resto de conductores porque son incapaces de tener paciencia con los aprendices, y para colmo, los días de examen también aguantar los caprichos del examinador. El último día, me dice uno que si sé lo frustrante que es llevar todo el día examinando gente y no haber aprobado a nadie. No, no se lo que es, pero se lo frustrante que es llevar todo el día formando gente que en la mayoría de los casos no quiere aprender, que no me hace ni caso cuando le digo que no está preparado para el examen y aún así deciden ir, y para colmo, cuando suspenden porque no están preparados, me dicen que la culpa es mía por intervenir cogiendo el volante. ¡Que yo quería que suspendiera! Y aun queda lo mejor, el jefe me dice que haga el favor de no intervenir en los exámenes. ¿De no intervenir? ¿Qué quieres que me mate? Pero si suben al examen sin estar preparados, ¿cómo no voy a intervenir?

No puedo más, lo dejo. He hablado con mi cuñado y me ha dicho que me tome un tiempo para recuperarme con la baja que me ha dado el médico, porque dice que atravieso un proceso depresivo, y que cuando esté mejor me vaya al taller a trabajar con el. Total, gano lo mismo, pero por lo menos no tengo que aguantar tantas impertinencias y el horario es el que es. Me ha dicho que no me preocupe por el dinero, porque de baja cobro una mierda, estaba contratado por un cuarto de jornada y lo que se me queda es de risa. No se cómo podré pagárselo.

Esta, señores empresarios, es la triste realidad de un montón de profesores de autoescuela que no volverán al sector aunque empiecen a pagar los salarios como deben. Porque los han QUEMADO, y aunque es una profesión que amaban, no están dispuestos a volver a ella ni por todo el oro del mundo. ¿Y aún se plantean ustedes pedir el aumento de horas laborables en la negociación del convenio? O no se enteran o no se quieren enterar, que sin profesores, no hay autoescuelas, que el mayor activo de una empresa son sus empleados. Que ya se descubrió durante la revolución industrial, allá por el siglo XIX que el aumento de la jornada laboral no redundaba necesariamente en el incremento de la productividad, pero el que no sabe de historia, está condenado a repetirla.

Para ustedes ha sido mucho más cómodo presionar al eslabón más débil de la cadena para intentar paliar la inviabilidad de sus negocios, cuando lo que realmente debían hacer como empresarios era unirse y organizarse en asociaciones que luchasen por la defensa de sus intereses, y no caer en la pasividad de financiar asociaciones que solo pensaban en el lucro sin límite y en tapar las barbareis que suceden en este sector.

La fiesta toca a su fin. Los sindicatos del sector hemos venido para quedarnos y defender y promover los intereses de los trabajadores como ampara el artículo 7 de la Constitución Española. Y no vamos a consentir más desidia, más ruindad y más piratería a costa de la propia salud de los que sacan adelante sus negocios.

Si quieren profesores, asegúrense de que no haya ningún abandono más en la profesión. Empiecen YA a DIGNIFICAR o nos encontrarán de frente.

La falta de profesores es mas grave de lo que ustedes venden.
#1-955354
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