Yo al principio empecé contenta. No era una alumna que destacase (de hecho mi profesor me decía: bueno, no pasa nada, poco a poco) pero en las prácticas había un ambiente distendido. Sí que es verdad que yo me agobiaba un poco (porque iba con la absurda idea de: “no, 20 clases y examen”) pero no había mayor problema.

Lo gordo vino cuando a las dos semanas mi profesor dejó de hablar para gritarme. Salí llorando de varias prácticas y ya se me empezaba a hacer pesado. Pensaba que era una negada y que no iba a ser capaz de sacarme el carnet con menos de 8 suspensos. Seguía agobiada por el dinero y, sobre todo, porque mi profesor me decía que no lo iba a hacer bien. Es más, a cada mínimo error me pegaba unos gritos que yo intentaba que no me afectasen, pero que era imposible.

Yo (evidentemente) pensaba que el problema lo tenía yo, que era malísima conduciendo, pero tras hablar con un par de chicas a las que les había pasado exactamente lo mismo (al princio jiji jaja y luego gritos) me di cuenta de que igual no era tanto el hecho de que yo fuese pésima conduciendo sino que mi profesor no sabía controlarse (cuando cometía errores, el resto del tiempo estaba majo).

Llegó mi primer examen (con 37 prácticas) y lo suspendí por pasar muy rápido por un sitio estrecho (cuidado con la distancia lateral).

Después de esto, gané confianza porque me di cuenta de que sabía conducir perfectamente y que tenía que dejar de pensar tanto. Tuve que esperar casi un mes hasta el siguiente examen e hice unas 8 prácticas perfectas. Todas menos la del día antes.

Os podéis imaginar el show. Unos gritos. Desde el “esto mañana lo vas a hacer mal, ya verás” hasta el “en esta calle suspendiste la otra vez, no vuelvas a pasar por aquí que la tienes negada”. Bueno, os resumo: la confianza que gané a tomar por piii.

Al día siguiente me presenté con un tembleque que no podía ni arrancar (aparcar otra película). Y lo gracioso es que hice el examen bastante bien y la cagué literalmente en el último segundo. Mi examinador y mi profesor se morían de rabia y yo grité (sí, grité) en medio del examen: “que me dejéis de reprochar, que es mi examen, mi dinero, mis suspensos y creedme que tengo bastante presión conmigo misma como para encima aguantar a un tercero”. El examinador se disculpó y me dijo que se había alterado porque había hecho un buen examen y le daba rabia suspenderme. Evidentemente luego tuve que pedir perdón porque, en fin, nada que añadir.

Yo después de esto ya reventé y dije: no aguanto más esta miii. Fui a la autoescuela, les conté todo (que no hacían más que gritarme) y pedí un cambio de profesor. La verdad se portaron genial y me ofrecieron un profesor nuevo, pero al final volví con mi profesor viejo porque me sentía muy cómoda con el coche y porque éste se tomó la bronca del jefe a bien, se disculpó conmigo y no me volvió a gritar (la verdad le afectó todo bastante, a día de hoy creo que él no era consciente de que nos gritaba todo el maldito día).

Bueno, a renovar papeles, a esperar otro mesecito y tercer examen. Me presenté habiendo dado dos clases y, por fin, aprobé.

Si escribo esto es porque mientras yo estaba que me tiraba de los pelos me encantaba leer otras experiencias y, como agradecimiento, quería contar la mía.

¿La conclusión? Que no dejéis que absolutamente NADIE os levante la voz. Si tenéis un profesor que os grita os plantáis en la autoescuela y lo arregláis (o se lo comentáis a vuestro profesor). Ya os digo que el mío se disculpó y la verdad las dos clases que di después estaba cómoda. Y si no quieren arreglarlo os vais con vuestro dinero a otra parte que la tontería no sale gratis xd.

Además, si estáis atascados os recomiendo no pensar. Puede parecer una tontería, pero a día de hoy sigo pensando que lo que me hizo aprobar el examen fue dejar de pensar en el número de prácticas, de euros y de gritos. Conducid y ya está. Y si os frustráis tomaos un tiempo de descanso (en mi caso fue la espera entre exámenes) que de verdad viene muy bien.

Por último, no vayáis con la idea de que vais a hacer x prácticas y luego un examen. Haced las prácticas que necesitéis y tomaos el tiempo que queráis (si la economía os lo permite) porque "todo el ruido" que genera estar pensando todo el rato en dinero (os lo digo por experiencia) no os va a dejar conducir bien.

Mucho ánimo a todxs y a por la L. De verdad que muchísimos de los que hemos aprobado hemos tenido miedo, nervios, y la sensación de que íbamos a suspender y oye, al final se acaba sacando.

Un abrazo.